La que aquí os presento es la segunda de mis medallas (en valor sentimental). Se trata de una copia en plata de una de las medallistas características del monasterio de Taizé en Francia. Representa el perfil de una paloma cabeza abajo de forma iconográfica. Dado que el monasterio es ecuménico, cada cual tiene su propia interpretación de la medalla. Puede ser un símbolo de la paz para los menos creyentes, o un Espíritu Santo descendiendo. Es uno de los símbolos que identifican a la Comunidad de Taizé y es característica en quienes lo han visitado en algún momento. Se suele denominar "cruz de Taizé".
Mi madre hizo dos copias (para mi hermana y para mí) aunque mi hermana la perdió hace años al abrirse el cierre de su cadena (vaya usted a saber cómo) junto con su escapulario.
Las medallas originales se fabrican en el monasterio y son una pieza de cobre cortada a la que posteriormente se le añade cerámica esmaltada de color por encima o un baño plateado. El inconveniente es que el esmalte es frágil cuando choca con otras medallas.
Las medallas producidas por la comunidad incluyen versiones de los Ankh egipcios con una forma más similar a una cruz copta, además de medallas redondas con ideogramas en kanji: camino, fuego, paz...